sábado, 11 de noviembre de 2006

Allí estábamos todos


En un artículo publicado en la Revista Hispano Cubana, el también poeta Pío E. Serrano, al referirse a los rasgos característicos de la poesía de María Elena Cruz Varela (Colón, Matanzas, 1953), escribía:

"Si hasta la década del 70 la poesía se mueve desde la Historia al individuo, reduciendo al poeta a una posición ancilar, cuando no cómplice, ahora se provoca una inversión, la escritura avanza desde el individuo, el sujeto poético, a la Historia, con una mirada más cercana, inmediata y lúcida. La visión personal, al tiempo que afiladamente crítica, redescubre la intimidad y dota al poema de un espacio autónomo, lejano ya de la aquiescente voz coral."

Afuera está lloviendo fue publicado en 1987. A él pertenecen los siguientes textos:

Caleidoscopio
Allí estábamos todos:
el que cayó marcado por la tromba
el que arruinó su estampa por inepto
el que no abrió una brecha
y violó la ciudad en estado de sitio.
El que sufrió el pecado de la clarividencia
el que abonó con heces estrambóticas
el que no pudo dar más clavos al martirio
el que no llegó a tiempo a las demoliciones
el que llegó temprano
el que no vino
y le basta decir que no se le informó.

Allí estábamos todos:
los inocentes por desconocimiento
y los culpables por legal ignorancia
los cómplices más cultos
los que se alimentaban de prejuicios
los más elaborados
los más cíclicos
los cantores de tono rezagado
los ciegos a fuerza de no querer mirar
los sujetos acríticos
los críticos sujetos a sus dogmas
los denominadores con sus tábulas rasas
los fachadas invictas
los espaldas marcadas.

Allí estábamos todos
esperando medallas y sentencias.

Las memorias

Yo no le quedo bien a mi ventana
no le ajusto
porque perdí mi lucidez de acequia.
No quisiera estar triste
y sin embargo
pájaro medieval que adivinó el futuro
bailé violentamente sobre el filo del hacha.

Hasta cuándo será
hasta dónde será mi propia lejanía
mis traspiés, horóscopos viciados
mi angustia
cada vez más digestiva.

Si supieran
hermanos
qué perfil más borroso estoy lavando
como prenda legítima
y cuánto se me pierde en lontananza
cuánto y cuánto me observo desde lejos
y tan poco me gusto
y cuánto diera al fin por restaurarme
y restañar la cuenca de mis ojos con esmalte purísimo.
No es de malas memorias de lo que estamos hechos
es de memorias simples
pero mal compartidas.

Cruz Varela es autora, además, de los poemarios Hija de Eva, (Premio Nacional de Poesía, 1989), El ángel agotado (1992), y La voz de Adán y yo (2001).
 
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