martes, 9 de enero de 2007

TERRIBLEMENTE ILUMINADA

Chely Lima (La Habana, 1957), no es una poeta cualquiera. No es juego la palabra en su lengua. O es en serio. Quema, hiere, desviste su verbo. Todo en dosis muchas veces mortal, siempre definitiva.
Su obra, ampliamente reconocida por la crítica, incluye, además de poesía, cuentos, novelas, guiones para la televisión, etc.
"Terriblemente iluminados", el libro al que pertenece el siguiente poema, un texto clásico de la autora, apareció en La Habana en 1988, tres años después de haber recibido la Primera Mención en el concurso anual de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba).

ALA Y ALA

Imagínate que estamos apretados
y está a punto de ser nuestra gran noche.
Por la ventana empiezan a invadirnos
antiguos clavicordios, dinosaurios,
planetas sin vegetación, güijes tardíos
y toda esa muchedumbre que nos mira
comenzar el ritual
de redondear tu frente, besarte la espalda
y grabarte los dientes en un muslo febril;
toda esa muchedumbre se agita,
brama encendida y cruje en gigantescas
floraciones.

Descendemos a un círculo infernal.

Imagínate que encuentro tu sandalia
en mi inicial expedición de arqueología
y a partir de una huella
reconstruyo tu rostro y tu pene,
o me hago parásito afín de tu garganta.

Descubro la forma de crucificarte
cara al techo
y nos cuesta la resurrección un largo orgasmo
de anís y de centella.

Imagínate esta primera historia
real, si no te hubiera visto, si no te hubiera escrito.
Si no hubiéramos chupado el mango mítico de Adán:

Qué haríamos con la Tierra
de tal forma poblada y despoblada.

La ilustración de la portada es del también poeta Alberto Serret.
 
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