Abel Germán Díaz Castro nació en Morón, en 1951. Poemas suyos aparecieron en numerosas publicaciones cubanas y extranjeras. Es autor de Curiosidades, (Editorial Extramuros, 1986), El cubo de Rucbick, 1991, y el libro que nos ocupa, en el que “a través del interminable hilo de la infancia, llegan y se agolpan los recuerdos de la niñez y, un poco más acá, los de la juventud, que no desdeñan las añoranzas de ese frescor alucinante de la edad menor.”
De El día siguiente de mi infancia (Editorial Letras Cubanas, 1987), son los siguientes “sencillos, suaves”, pero, sin dudas, conmovedores poemas.
ESA ÚNICA FOTO FAMILIAR
reconozco esos naranjosal padre con la gorra gris
y a la madre
con la mirada triste
pero quién es ese muchacho
que la familia confunde hoy conmigo?
ese muchacho
de rostro redondo
y con ojos
hermosamente
ciegos?
EL EXAMEN
lo más terrible
sentarse
con las cuentas pendientes
poner los caminos en la mesa
una a una las decisiones más graves
y las menos graves
lo alegre
lo triste
lo valiente
hacerse un prolijo examen de conciencia
y quedar desaprobado.
1 comentario:
Con versos que flotan entre árboles y cielo, con versos de fina arena pegada al cuerpo, surge de pronto la llama contundente de la frase.
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