lunes, 31 de julio de 2006

Apuntes para el tiempo


Tania Díaz Castro (Camajuaní, 1939), tenía 25 años cuando publicó "Apuntes para el tiempo". Se lee en la solapa: "Estos Apuntes... tienen la virtud _es un decir_ de surgir como brote temprano, fresquísimo, espontáneo. Su lectura, más que un 'alivio de caminantes' es como un tizón. Y si bien despide luz también es muy capaz de abrasar los ojos."
De vez en cuando vuelvo a estas páginas. Y continúo asombrándome: cuarenta años después de haber sido publicados, estos poemas continúan tan jóvenes, tan ardientes como el primer día.

DEL SUEÑO...

2

Después que nos conocemos la pupila,
el labio, la mejilla,
¿para qué el espejo?

Yo sé mi cara los domingos.
La conozco bien como si fuera mía.
La sé por las mañanas despeinada.
La sé esta noche en vela, cuando triste...

La sé.
Siempre la sé.
La conozco a veces como si fuera su madre adoptiva.
Y la rescato cuando se me escapa
como hoy y va en tu busca
y se aprisiona como un perro fiel sobre
tu pecho sudoroso de amor;
detrás de tu sonrisa;
de la humedad visual;
del silencioso día que vemos más allá de
los ventanales donde se nos asoma
la breve felicidad tan conocida.

(De Apuntes para el tiempo, Ediciones R, La Habana, Cuba, 1964)

sábado, 29 de julio de 2006

Secreto y misericordia



Manuel Díaz Martínez (Santa Clara, 1936), es poeta de palabra precisa, certera. Se han señalado ironía y humor en sus versos. Y sí que los hay. Pero si algo predomina en su copiosa obra no son precisamente los juegos de palabra. Su mayor preocupación es el hombre, los malabarismos de ese adorable circo que llamamos vida.

MISERICORDIA

El odio a todos nos castiga.

Misericordia,
pues, para todos los que odian
y para los que son odiados,
para alos padres furibundos
y sus pálidos hijos,
para el bilioso y quien lo sufre.
Misericordia
para el hombre convertido "en tierra,
en humo, en polvo, en sombra, en nada"
y para los que alguna vez hemos contado,
con dedos temblorosos,
siglos y siglos de barbarie.

SECRETO

No quiero ser de carne y hueso y lágrima.
No quiero ser este ruidoso cuerpo
que cruje y me detiene ante el dolor
plantándome en el pecho sus rígidas
pezuñas.

No quiero ser ceniza mojada
ni polvo soplado
ni piedra sin camino.

Quiero ser de algún barro que permita
tenerte, vida, de tal modo,
que nunca quede espacio entre tú y yo
para el hastío y la renuncia.

(De El carro de los mortales, Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1988)

viernes, 28 de julio de 2006

PÁJARO DE LA BRUJA


Soleida Ríos (Santiago de Cuba, 1950) "asumió su papel entre los vivos" siendo ella misma un hermosísimo poema. En Soleida, como en toda su obra, "el sentimiento se impone a la palabra". Con buen recuerdo, como escribió un día del lejano 1980 al dedicarme un ejemplar de este poemario, transcribo aquí un texto que difícilmente alguien, entre los entendidos, no conozca.

Pájaro de La Bruja

I
El pájaro nació del filo de un machete.
Nada tiene que ver con el sinsonte
el choncholí o la torcaza triste.
Nació, repito, del filo de un machete
no de la hueva blanca de una pájara vieja.

Ni alondra he dicho
ni quetzal
ni el aura ansiosa tras las últimas huellas.

Vive en el canto de La Bruja, allí es su nido.
Canta como los pájaros del mar y los del monte.
Arría las mulas. Y en mal tiempo
vuela implacable sobre los guanos de un bohío
y entonces alguien tiene que morir.

De marzo a octubre el pájaro es culpable.
Si cae un rayo en medio de la palma
si se desborda el río
si una décima viene lejanísima
con el aroma del último café
siempre _de marzo a octubre_
el pájaro es culpable.

II
Dicen que como fiesta mágica hace tiempo
unos compadres se vieron una noche
cerca del canto de La Bruja.
Que allí sacaron la enorme botijuela
que era un secreto de los dos
en nobre de los hijos.
Dicen que algo se puso en el lugar
donde la hombría se rompe, no se sabe,
que halaron los machetes.

III
El pájaro nació en el último escalón
violento del corazón dentro del pecho.
Nadie lo puede ver,
pero ha volado por todas las lomas de la Sierra.

(De De pronto abril, Ediciones UNIÓN, La Habana, Cuba, 1980)

miércoles, 26 de julio de 2006

Fragmentos a Eloísa


José Lezama Lima (1910-1976), el autor de las novelas "Paradiso" y "Oppiano Licario", es autor, como si fuera poco, de por lo menos tres poemarios sin los cuales no sería posible escribir la historia de la poesía cubana: "Enemigo rumor" (1941), "Dador" (1960) y "Fragmentos a su imán" (1977).

El también poeta Emilio de Armas, en el prólogo a la edición de su poesía que hizo Ediciones Cátedra en el 2000, señaló:

"La obra de José Lezama Lima es una de las más complejas e inquietantes que hayan sido realizadas en la lengua española. Su urdimbre verbal, asentada en la formulación de un sistema poético en el que la imagen aparece como sustancia de la voluntad creadora, atrajo sobre ella, desde el principio, una admiración y un rechazo igualmente apasionados, y levantó un valladar casi infranqueable a la comunicación entre el autor y muchos de sus lectores inmediatos. Afirmándose ante las críticas y la incomprensión que lo acompañaron durante casi toda su vida literaria, Lezama erigió en torno suyo una prodigiosa edificación textual donde la poesía, el ensayo, el cuento y la novela se estructuran alrededor de un centro que, a la manera de esos «agujeros negros» en que parece confluir el Universo, atrae irresistiblemente por su pavorosa densidad."

Mucho se hablado y se hablará sobre la obra de Lezama Lima, monumental, complejísima, única: un canto sin fin a la propia palabra, al acto privado y egoísta de escribir.
ELOÍSA LEZAMA LIMA
Una sonrisa que no termina.
Una sonrisa que sabe terminar admirablemente.
La sonrisa se agranda como la noche
y los ojos se reducen a una pequeña piedra
escondida. Calidad de un mineral
que se guarda en un paño de aceite
milenario: Saber reírse y dar la mano.
Las pausas y los hallazgos de la risa
transcurren con la sencillez de una silla pompeyana.
la mano ofrece la brevedad del rocío
y el rocío queda como la arena tibia del recuerdo.
Ofrecerá así siempre la sencillez compleja de la risa
Y el acuoso laberinto de su mano en el sueño.

(Tomado de José Lezama Lima, Poesía, Ediciones Cátedra, S. A., Madrid, España, 2000; la ilustración de la portada es obra del propio poeta. El retrato del poeta es obra del pintor cubano Mariano.)

martes, 25 de julio de 2006

La Reina cómplice


A Reina María Rodríguez (La Habana, 1952) se le amó siempre por diversas razones. Por una de ellas, su poesía, recibió, además, varios, importantes recocimientos. Poesía sencilla, próxima, donde brillo y mancha se miran en el mismo espejo, fieles al hombre próximo, sencillo, al que se deben.
Aquí les dejo un texto ya "clásico" de la autora:

REMORDIMIENTOS PARA UN CORDERO BLANCO

no me puedo librar de ese ojo
que mira desde el cuadro
mis imperfecciones.
toda mi culpa de vivir
y querer
inventándome.
me estoy buscando
y tengo miedo
casi un miedo fanático
de haber sido cómplice
inacabada
porque también sonreí cuando quería matar.
mis mentiras son sueños
agua que no nadé
y este vicio
este vicio de mariposas
un solo día volando sin cesar
luego polvillo oscuro sobre las violetas.

perdóname ojo de mi cordero adolescente
si en estos años te engañé
y pude ser
diferente.

(De Para un cordero blanco, 1984)

lunes, 24 de julio de 2006

LA LENGUA DE ZOÉ

Zoé Valdés (La Habana, 1959) es requeteconocida por su narrativa, sus novelas básicamente. Obras en las que ha dicho las cosas en "cubano vulgar", que es el idioma de los más de nosotros. Algo que en lugar de alarmarnos debíamos tener como un motivo más de orgullo. Los que conocemos su poesía sabemos hace tiempo de los pocos pelos que esta mujer tiene en la lengua. De su lengua afilada. Del filo cortante de su verso.
El texto que transcribo pertenece a "Vagón para fumadores".

IRRADIACIÓN EN UNA ANTIGUA CASA

Llegaremos antes que ella,
seremos dos silbidos en el arcabuz de su sombra,
y nos perderemos en nuestros cuerpos.
Tu cabeza en mi sexo tu sexo en mi boca,
vibrando tímidamente
como un gorrión en la garganta de una nube.
Llegaremos antes que ella,
cuando yo apriete tu animal con mi carne más dulce,
y los duendes se masacren entre sí,
y los adolescentes fustiguen los espejos con su leche solitaria.
Llegaremos antes que la muerte sea una perfección de gritos,
unos gemidos ensayados detrás del telón.
Y tú serás el poseso el de la sangre gladiadora,
y yo seré la fragante la arena que fluirá en todo el espacio.
Llegaremos antes que la vida,
antes que la fuga y la carrera idílica de ser los primeros.
Otra vez con nuestras piernas flojas,
y las sábanas enredadas en el abismo.


(De Cinco puntos cardinales, CASA, La Habana, Cuba, 1989)

domingo, 23 de julio de 2006

NUESTRO CABALLERO


José Martí (1853-1895) es decir Cuba. Su nombre remite a guerras y a prisiones. Su imagen a un espejo en el que todos, sin distinción de credos ni partidos, nos hemos mirado esperanzados, con envidia tal vez, en reiteradas ocasiones. Publicó tres libros: "Ismaelillo", "Versos libres" y "Versos sencillos". Todos, con voz tan personal y poderosa como para que todavía hoy lo sigamos escuchando agradecidos.
MI CABALLERO


Por las mañanas
Mi pequeñuelo
Me despertaba
Con un gran beso.
Puesto a horcajadas
Sobre mi pecho,
Bridas forjaba
Con mis cabellos.
Ebrio él de gozo,
De gozo él ebrio,
Me espoleaba
Mi caballero:
¡Qué suave espuela
Sus dos pies frescos!
¡Cómo reía
Mi jinetuelo!
Yyo besaba
Sus pies pequeños,
Dos pies que caben
En solo un beso!
(De Ismaelillo, 1882)

COPA CON ALAS (fragmento)

Una copa con alas: quién la ha visto
Antes que yo? Yo ayer la vi. Subía
Con lenta majestad, como quien vierte
Óleo sagrado: y a sus bordes dulces
Mis regalados labios apretaba:-
Ni una gota siquiera, ni una gota
Del bálsamo perdí que hubo en tu beso!
(De Versos libres)
Este es el poema XX de Versos Sencillos:
Mi amor del aire se azora;
Eva es rubia, falsa es Eva:
Viene una nube, y se lleva
Mi amor que gime y que llora.
Se lleva mi amor que llora
Esa nube que se va:
Eva me ha sido traidora:
¡Eva me consolará!
El poema XLVI de Versos Sencillos, el último, termina así:
¡Verso, nos hablan de un Dios
A donde van los difuntos:

Verso, o nos condenan juntos,

O nos salvamos los dos!


Árbol de mi alma
(De Versos libres)


Como una ave que cruza el aire claro

Siento hacia mí venir tu pensamiento

Y acá en mi corazón hacer su nido.

Ábrese el alma en flor: tiemblan sus ramas

Como los labios frescos de un mancebo

En su primer abrazo a una hermosura;

Cuchichean las hojas: tal parecen

Lenguaraces obreras y envidiosas,

A la doncella de la casa rica

En preparar el tálamo ocupadas:

Ancho es mi corazón, y es todo tuyo:

Todo lo triste cabe en él, y todo

Cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere!

De hojas secas, y polvo, y derruidas

Ramas lo limpio: bruño con cuidado

Cada hoja, y los tallos: de las flores

Los gusanos y el pétalo comido

Separo: oreo el césped en contorno

Y a recibirte, oh pájaro sin mancha

Apresto el corazón enajenado!


sábado, 22 de julio de 2006

Poeta, simplemente

Luis Caissés (Holguín, 1951) ganó algún premio más que merecido con Una simple pared al otro lado. Carilda -Oliver Labra, por supuesto- presidenta del jurado que se lo adjudicó, escribió entonces: "La eficacia expresiva está precisamente ahí, en el vigor, la autencidad y la hondura con que nos conmueve su sabia inocencia."
El poema que transcribo puede servir de ilustración:

Precocidad

De niños,
los más inocentes que nosotros,
es decir,
los mayores,
inventaban la hora de los cuentos
para salvar de la tristeza o el olvido
el poco de esperanza que les quedaba todavía,
iniciándose así
en los mil y un misterios de la conformidad,
en el cruelísimo ritual de la mentira.

Algunos,
como era de temer,
sucumbieron al hechizo
y hoy puede vérseles cazando lagartijas
con la esperanza, leve, de que se tornen caballos;
mientras otros quedaron en el acto alevoso
de pedir tres deseos con los ojos cerrados.

Sólo
sobrevivimos
los que dándole de palos a la inocencia
la obligamos a huir miseria abajo,
con el rabo temblón entre las patas.

Sólo
los que pudimos conocer a tiempo
que Caperucita y la abuela
terminaron por comerse al lobo.


Esta es la edición de Una simple pared del otro lado que Eguzki Argitaldaria (Bilbao, España), realizó en 2005, con prólogo, epílogo y notas de Miguel Ángel Zorrilla Larrea.
Miguel Ángel Zorrilla Larrea - Premios de Poesía Infantil Charo González
Cada poema es un alumbramiento - Tres preguntas a Luis Caissés - Otros textos

jueves, 20 de julio de 2006

CONTAMINADO POR LAFFITA


Ramón Elías Laffita (Baracoa, 1968), POETA, con mayúsculas, "cree en la cicatriz que deja el verso." Y en consecuencia escribe, consciente de que "el sitio de cada hombre está en ese hueco/ en esa cuerda donde se puede ver el precipicio."
Este hombre cree en la cicatriz que deja el tiempo, diría yo, con redundancia y todo.
Tengo dos pequeños cuadernos de Laffita conmigo: "Las tribulaciones de Adán", de 1991, y "Contaminados por la sombra", de 1998.

Del primero, editado por Ediciones El Mar y la Montaña, al cuidado de Rebeca Ulloa, se ha escrito en la contraportada: "Este libro se destaca por la coherencia formal y por su seriedad y desenfado. Los versos van tocando y entrando en conceptos, pero nunca hermetizan el poema. [] Hay en este libro un eco vibrante que transita de extremo a extremo."

De "Las tribulaciones..." es este poema:

DESEQUILIBRO

Temo que esta sed cubra los cristales
la casa vieja
el jardín
y el agua ya no sea sostén en la garganta.

Que todos coman frutas rojas
y después no sepan escapar de lo terrible.

Temo ante la silla que soporta mi peso
ante el vivo y el loco ilusionista
cómplices del desequilibro
y la sequedad de la sombra.

Temo por las siete vidas de los gatos
por los jugos que derramé sobre la cama
boca arriba
como fiera.

En fin
temo que el viento se derrumbe
y me caiga encima la balanza.

Contaminados por la sombra
, publicado por Ediciones Extramuros, es "poesía de gran intensidad en la que el poeta se busca incesantemente a través de elaboradas imágenes, de ingeniosos tropos. Poesía contaminada por la agonía existencial que brota en la palabra y comunica una fuerte carga emocional." El libro recibió el premio Luis Rogelio Nogueras 1995. El jurado estuvo integrado por Rafael Alcides, Emilio García Montiel y Pedro Marqués de Armas.

El siguiente texto es de Contaminados por la sombra:

RUINAS

1
La penumbra viene herida por la sombra. Imperdonable sonido en el que todo se concentra, donde sólo la luz se vuelve pantanosa. Detrás del bosque están sus ruinas y un castillo sitiado. No creo merecer tanta muerte.
Después de todo los escombros son parte de la sombra y de la penumbra que cae como cuchillo sobre la noche.
Siento caer la lluvia. Siento el arenoso ruido del mar.
Hay una casi total oscuridad detrás de los candelabros encendidos. Alguien me toma de la mano. Pues ya la lámpara del cuerpo no son los ojos.

2
La noche está quieta.
El mar está quieto.
Entre silencio y silencio toda la sal del mundo.

3
Sobre la casa el sol, la niebla. Sobre la piel las quemaduras.
No hay fuego peor. Ni llama que alce más claridad. Sobre la casa un imperio. Y sobre la piel una prisión a la que estaremos por siempre condenados.

miércoles, 19 de julio de 2006

EL CORREO DE LA NOCHE


Frank Abel Dopico nació en Santa Clara, en 1964. Ha sido profesor de teatro. Dicho de otra manera, ha enseñado a usar máscaras. Él mismo, sin embargo, da la cara. Este poema, que traigo conmigo hace más de quince años, lo podría demostrar. Este limpio poema me "recuerda que donde crecen las alas antes hay precipios."

El correo de la noche

Mis piernas van tras el correo de la noche.
Un enemigo tiende su mano miserable, ayuda mi
carrera, luego me hace polvo con su mano
apagada.
Las casas huyen grises y una estrella abandona su
casa de la noche
y anda con sus bártulos a cuestas. Una estrella
vuelve
a su casa de la noche
y anda por el jardín, mediodormida.
El ciudadano que soy va tras su noticia. Apedreando
al que fui.
Quiero saber cómo está Mayra, qué le hablan sus
ojos al recuerdo.

El correo de la noche atraviesa edificios, irrumpe en
plazas moribundas.
Sus remos son caballos silvestres como los ojos de
Mayra.
Alguien cruza mordisqueando sus dedos. Alguien
(y una carta) entró a la oscuridad.
Pasan los novios, humeantes cuerpos, y el reloj se
clava sus agujas.
A dos cuadras de mí el anciano espera que esté
completo su rebaño.
Un hombre esconde el espejo donde se va a mirar
mañana.

Mis piernas siguen los ecos de la noche.
Soy un bufón, esquivo ese color dulce de la
primavera
porque dentro llevo los charcos de su lluvia y puedo
florecer,
y es indiscreto florecer, uno tan noble,
tan bueno que es uno así de solo,
con mi tierno diablo y mi dios tan solo y pobrecito.
Quiero poner la vida como trampa,
criar conmigo al rey que nunca seré, a los reyes
sonámbulos, los que con cielo y pan hacen el
amor sin manifiestos.
Busco una noticia, busco el puente que hicieron los
héroes para mí,
y siempre está más lejos, está en el mismo sitio de
los héroes,
debo hacer algo más que comerme estas naranjas,
debo inventar un flamboyán o algo amenazante,
el puente me espera, nos espera,
tantas flores mediocres aplastan los caballos
que el correo va lento, los caballos sangran pero yo
los aplaudo.
Los caballos resbalan, rehenes de la luna,
dejan su lamido triste en mi pupila.
El correo de la noche puede ser asaltado
pero va con cicatrices que recuerdan al sol.

En un lugar de mi vida hay un revólver.

(Tomado de El correo de la noche, Ediciones Unión, La Habana, Cuba, 1989)

lunes, 17 de julio de 2006

EN PLENA DESNUDEZ


Alberto Serret (Santiago de Cuba 1947 - Quito, Ecuador 2000), además de amigo fidelísimo y por qué no mecenas mío, es uno de los grandes poetas que ha dado la isla. Como otros tantos (Lezama Lima, Dulce María Loynaz), es dueño absoluto de la palabra. Cualquier texto suyo, sin temor a exagerar, podría figurar en la mejor de las antologías. Este, pueden creerme, lo he escogido al azar.

Hora de café

Café. Noche aromática que se apura de un trago.
Fuego sordo y tangente quemándome los sesos,
la boca de costumbre, los múltiples excesos
que bebo con deleite. Líquido que deshago

en mi garganta como en el bombín de un mago.
Cayajabos pulidos, disueltos en la taza
y que son el lejano discurrir de una casa,
de una mujer colando café que a nadie pago.

Fuente negra. Azabache. Petróleo que me inunda
como el cinto de cuero pegándome una tunda
con el amor de entonces y del que un día fue...

Sorbo de amanecer que escancian mis hermanos,
para siempre quemándome en la lengua y las manos.
Todo un largo, infinito minuto de café.

(Tomado de En plena desnudez, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1988)


Cordeles de humo apareció en 1987, en Ediciones Unión.
“La décima, la cubanísima estrofa, es la forma escogida por Alberto Serret para los poemas que componen este nuevo libro suyo; pero no sólo la décima octosílaba con que nuestros campesinos dicen sus penas y alegrías, sino que el poeta se ha permitido las más inesperadas alteraciones en el metro y la rima. Tampoco encontraremos aquí el cromito paisajista ni la crónica rimada: Serret ha escogido la décima como forma, pero sus temas son los mismos de cualquier otro poeta lírico, a lo que hay que agregar una definida personalidad, que se destaca por su matiz filosófico y señorío verbal.”

ADVIENTO

Veo pasar mi semilla
por el fondo de ese vaso.
¿Será este sueño un pedazo
de silencio o de costilla?
¿Y la onírica varilla
que me flagela brutal?
Serán mi carne y mi sal
disueltos en un doliente
buche de huesos, el puente
que ofrezco a la pesadilla.
O tal vez la maravilla
de un profundísimo abismo;
el tramposo paroxismo
de la tiniebla.
Mañana
¿seré luz, clavo, sombrero...?
La muerte es un perro fiero
con el colmillo irreal
o un vaso de agua vital
por sobre el polvo de enero.

La muerte es un semillero.


PROCEDER

¿Proceder? En forma tal
que no caigan los castillos
interiores. Como el brillo.
Como el trozo de coral.
Sé una racha, el aromal
Entre las prójimas fieras.
No estafes a la quimera.
No te entregues al azote.
Sé grato, como un
islote
para el náufrago que quiera.

sábado, 15 de julio de 2006


Este es un detalle externo de la Mezquita de Córdoba. La foto es de principios de mayo de 2006. Posted by Picasa
 
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