sábado, 16 de agosto de 2008

Aguas del desastre

Norberto Marrero Pírez (La Habana, 1966) terminó sus estudios de artes plásticas en San Alejandro en 1994. Un año después su primer libro de poesía, Los inmaculados pájaros del socorro, ganaba el Premio David. En el 2000 otra editorial habanera publicaba el poemario La dicha enferma.
Aguas del desastre, su tercer libro de poesía, apareció en 2004 (Editorial Letras Cubanas). Del mismo se señala, y con gran acierto, en la contraportada:
“Con una consecuente racionalidad al abordar hechos frecuentes o no, el autor nos comenta acerca de inquietudes existenciales, en ocasiones con un sabor amargo, donde la ironía siempre tendrá un lugar protagónico. El conocimiento, la acción, el desenlace de la palabra forman parte del convite, de los anatemas en los cuales participamos en esta lectura de reflexión y larga mirada. Su pulcritud en el lenguaje y la coherencia hacia la preocupación de determinados valores con rostros dispersos, o aparentemente enmascarados, hacen que su particular decir conforme una ética que trasciende la expresión común.”
De Aguas del desastre son estos dos textos:
VITRALES
He visto una piedra una isla, una casa
donde cada visitante deja orgulloso su cabeza.
Detrás de la ventana los ojos de un gato gravitan
los espejos reproducen la fatiga de un cínico.
Así miro como si desde mí la inercia del cuerpo
levantara una lápida.
Así duermo como si mi sombra otra sinuosidad
me comprendiese.
Puedo raspar el vino.
Puedo seguir acumulando espejos.
Puedo tenderme sobre la arena y absorber todo el sol
como acostumbran los brillosos.
Dos o tres palabras más y surge el vacío
el horizonte la cínica realidad.
PARADA
Pídele al viento una promesa. Todo el sol lo hemos vertido
inútilmente a los alcatraces. Pídele al viento un cofre
una fila de árboles condenados a beber en ti
lo que escondes entre las piernas.
No camino hacia ti porque creas que me hipnotizas con tus dedos
no te escucho más de lo que me permite tu lengua
bajo el bosque hay cientos de ojos millones de pulmones
y no por eso el gusano canta a la tierra
su más terrible verdad.
Abierto está el horizonte cerrado está el espacio
y lo que antes se esparcía sobre la tierra
la ceniza acumulada le impuso un destino
la primera muerte acaeció de noche
cuando todos cantaban a las estrellas
lo que diariamente sucede
y luego llevamos a la mesa.
-
La portada del libro ha sido ilustrada por el propio Marrero Pírez.

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