viernes, 19 de junio de 2009

Perfume (y secuencia) de mujer

Víctor Casaus (La Habana, 1944). Poeta, narrador, director cinematográfico y periodista. Ha publicado, entre otros, los poemarios Todos los días del mundo (1967), Entre nosotros (1978), Los ojos sobre el pañuelo (Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, 1982), De un tiempo a esta parte (1985), Maravilla del mundo (1989), Amar sin papeles (1999) y El libro de María (2001).

Perfume (y secuencia) de mujer (Letras Cubanas, 2007) es una especie de antología personal.

Gustavo Pereira señala en el prólogo:

“Víctor Casaus reconcilia y recobra en este libro las múltiples punzadas con las que el amor ha tocado desde siempre las puertas de la poesía (acto de amor ella misma), de su poesía y de su vida. Como en conversación apacible interrumpida por imprevistas iluminaciones, la esencia de los poemas que lo integran obedece a dictados de un espíritu hechizado por el vivir, pero alerta ante sus trampas. La mentira, la hipocresía, el desarraigo, la desolación, la desesperanza, la postración o el menosprecio son aquí exorcizados por la magia de sus contrarios: ejercicio dialéctico que conjura también cuanto la necedad, el desamor, la retórica o los poderes omnímodos pretenden imponer sobre el mundo.”

He seleccionado estos interesantes textos de Perfume (y secuencia) de mujer.

Después de todo

¿Lo he perdido todo?
¿O debo decir
que lo he tenido?

R. F. Retamar


Después de todo
lo peor de todo puede ser
abandonar los libros las dedicatorias
amables o estúpidas (según quien las confronte)
los amigos los cómplices cansados
de fingir abandonar la cama donde alguna vez
fuimos hermosos y el baño y los muebles
de todos los hoteles donde nos conocen
como si fuéramos de la familia abandonar el amor
las consecuencias
Después de mucho
lo peor de todo debe ser
perderlo todo

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Si mañana

A Denia


Si mañana no pudimos rescatar nuestros zapatos
de la lluvia nuestro codo del fuego
y nuestra voz de aquel silencio
impertinente
la culpa es de nosotros de los dueños
del codo y de la voz
los que tenemos los cordones de la mano
la mano en el bolsillo
el bolsillo semilleno de algún fuego
y ese fuego consumiendo nuestra lengua

Así que si no pudimos
la culpa —o lo que sea— es de nosotros
De los demás es la noticia
(o el poema)

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Y si la historia no te parece larga

Precisamente en el momento en que la vida
no iba a dar mejores turnos mayores anuncios
de las cosas sucedió que se encontraron
más o menos de repente entre el murmullo
de las oficinas y los lápices o en el calor de la ciudad
entre sus ruidos fueron conocidos o novios
o amantes o esposos estrictamente legales el caso
es que se amaron creyeron que se amaron
aun al borde mismo de las discusiones los relámpagos
de amor se sucedieron pero ya después
se hicieron esporádicos
lentos los brazos que abrazaban
mucho sueño en las noches cuántas fotos
e hijos cuántos recuerdos de hijos que no fueron
de ruidos que ya no son
más que escándalos de la ciudad es que no hay
calor ni oficinas ahora
están solos profesionales fructíferos
precisamente en el momento en que la vida

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Caminos

Una sabana que termina
abrupta / deliciosamente
en monte
Montecito del caminante
entretenido de mis dedos
Dedos mínimos paseando a su vez
por este pecho
Pechos que son la maravilla y la quiebra
de los esquemas del mundo
Mundo en la punta inquietante de tu lengua
Lengua que me habla
y que yo entiendo

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1 comentario:

lully dijo...

Hola Guillermo, esta entrada sí que es interesante, da gusto saber de tanto talento y sumergirme en esas letras de tanto sentimiento.

Encantada por tu prolífica actividad en la blogosfera.

Un abrazo!

 
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